1. El adiós a un templo del fútbol aragonés
La Romareda ha sido mucho más que un estadio: ha sido un hogar, una fortaleza, un punto de encuentro para generaciones de zaragocistas. Con la última jornada de la temporada, el Real Zaragoza ha puesto fin a una era que abarcó más de siete décadas de historia, emociones y gloria. La despedida se vivió con lágrimas, aplausos y recuerdos. Desde sus gradas, miles de voces entonaron cánticos de agradecimiento y nostalgia. El partido, aunque importante, fue secundario frente a la carga simbólica del evento.
“No es solo el fin de un estadio, es el cierre de una parte de nuestras vidas.” — Aficionado zaragocista en declaraciones a Aragón TV
2. Momentos imborrables grabados en la historia del fútbol
La Romareda ha sido escenario de gestas inolvidables. Desde los títulos de Copa del Rey hasta los duelos europeos, cada rincón del estadio guarda historias de grandeza. Quedarán para siempre en la memoria goles épicos, remontadas imposibles y tardes mágicas. La Recopa de Europa, ganada en 1995, es uno de los recuerdos más vívidos que aún retumban en sus gradas, así como los partidos de la selección española y eventos internacionales como el Mundial de 1982.
“Aquí aprendí lo que significa amar un escudo, sufrirlo y celebrarlo con el alma.” — Nayim, exjugador del Zaragoza

3. Una despedida con alma zaragocista
El último partido fue mucho más que fútbol. Con actos conmemorativos, homenajes a leyendas del club y una grada teñida de blanco y azul, la despedida fue una celebración de identidad. Antes del pitido inicial, se proyectaron imágenes históricas y exjugadores desfilaron por el césped bajo una ovación cerrada. La emoción invadió cada rincón, desde los veteranos seguidores hasta los niños que apenas empezaban a comprender lo que significaba La Romareda.
“Esta despedida nos une aún más como familia zaragocista. Somos historia y futuro.” — Fran Escribá, entrenador del Real Zaragoza
4. El futuro: un nuevo estadio para una nueva etapa
La despedida de La Romareda no es un final, sino el inicio de un nuevo capítulo. El club ha confirmado que la construcción del nuevo estadio comenzará en los próximos meses, con una infraestructura moderna, sostenible y pensada para una experiencia futbolística de primer nivel. Aunque será difícil reemplazar el alma de La Romareda, el nuevo recinto busca impulsar al club hacia una etapa de crecimiento deportivo, económico y social.
“La nueva Romareda será el motor de un Zaragoza más competitivo y moderno.” — Jorge Mas, presidente del Real Zaragoza
5. La afición: el corazón eterno del club
En medio de esta transición, lo único que permanece inmutable es el amor de la afición. Miles de personas se unieron en un mismo grito, no de tristeza, sino de orgullo y gratitud. La conexión entre el Real Zaragoza y su hinchada es un vínculo indestructible, forjado con pasión, sufrimiento y esperanza. La nueva etapa que se avecina encontrará a una afición preparada para seguir alentando, sin importar el estadio, porque el Zaragoza vive en cada uno de sus seguidores.
“Nos vamos de casa, pero la familia sigue unida. La Romareda está en nuestro corazón.” — Peña Ligallo Fondo Norte
